Trabajar desde casa cambió la forma en que usamos los espacios, pero también puso a prueba a nuestros cuerpos. Dolor de espalda, cuello tenso, hombros rígidos… ¿te suena? No es casualidad: cuando pasamos muchas horas en posiciones inadecuadas, el cuerpo se resiente y la mente también.
Ahí entra en juego la ergonomía, una ciencia que estudia cómo adaptar el entorno a las personas —y no al revés— para mejorar el bienestar, prevenir molestias y potenciar el rendimiento.
En otras palabras, trabajar cómodo no es un lujo: es una forma de ser más productivo.
1. Qué es la ergonomía (y por qué nos importa)
La ergonomía busca que cada elemento de tu espacio de trabajo esté alineado con tu cuerpo y tus movimientos naturales.
Un escritorio demasiado alto, una silla sin apoyo lumbar o una pantalla mal ubicada pueden parecer detalles menores, pero afectan directamente tu energía y tu concentración.
Cuando el cuerpo está incómodo, el cerebro se distrae más rápido. Cuando el entorno acompaña, la atención fluye.
2. La altura del escritorio, un detalle que lo cambia todo
Un escritorio ergonómico debe permitir que tus brazos formen un ángulo de 90° al escribir y que tus hombros se mantengan relajados. Si está demasiado bajo o alto, forzás posturas que, con el tiempo, generan tensión y fatiga.
Por eso los standing desks , con altura regulable, permiten alternar entre estar sentado o de pie, evitando la rigidez y mejorando la circulación.
Moverte durante la jornada no solo alivia el cuerpo, también estimula la mente: cada cambio de postura activa la energía y renueva el foco.
3. El poder de la postura
Una buena postura mantiene la columna en su forma natural, con los hombros alineados y la vista al frente. Si pasás horas inclinado hacia adelante, la presión sobre el cuello y la zona lumbar aumenta significativamente.
Algunos ajustes simples pueden marcar una gran diferencia:
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Elevá la pantalla a la altura de los ojos.
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Apoyá completamente los pies en el suelo.
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Mantené la espalda recta con un soporte adecuado.
Estos pequeños gestos mejoran tu respiración, tu concentración y tu estado de ánimo.
4. Movimiento: el aliado olvidado de la productividad
Estar sentado todo el día no solo cansa, también reduce la capacidad de concentración. La ciencia lo respalda: los micro movimientos y los pequeños descansos estimulan el flujo sanguíneo y la oxigenación del cerebro.
Por eso, alternar entre estar sentado y de pie con un escritorio ajustable o realizar micro pausas cada hora ayuda a mantenerte activo sin perder ritmo.
No se trata de moverte más, sino de moverte mejor.
5. Un entorno que trabaja con vos, no contra vos
La ergonomía también tiene que ver con cómo organizás tu espacio:
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La luz debe provenir del costado o de arriba, nunca de frente ni de atrás.
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Los objetos que más usás deben estar al alcance de la mano.
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El ambiente debe permitirte mantener una postura natural, sin torsiones ni estiramientos incómodos.
Cuando tu entorno está diseñado con lógica ergonómica, tu cuerpo gasta menos energía y tu mente rinde más.
Ergonomía Woox: diseño que cuida tu bienestar
En Woox creemos que el confort es una forma de inteligencia.
Por eso, nuestros escritorios plegables, standing desks y modelos rebatibles combinan diseño, funcionalidad y ergonomía para acompañarte todo el día.
Porque cuando tu cuerpo está cómodo, tu cabeza puede concentrarse en lo que realmente importa.
